1 – Violento
Una habitación perfectamente normal se había convertido en
zona catastrófica: ventana abierta de par en par; mesilla volteada sobre la
cama, compartiendo precario equilibrio con prendas, papeles y demás objetos
inidentificables; suelo cubierto por telas impermeables, al igual que todas las
paredes menos una.
En mitad de todo, se erguía Ace, recuperando el aliento, con
pintura de un púrpura profundo chorreándole de las manos. Tras ella, el muro
mostraba el resultado de un bello ataque pictórico.
Se encogió de hombros.
El arte violento es mi
terapia.
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